Después de haber sido difundido en los kioskos de nuestro país junto con el diario El Mundo, la editorial saca a la luz esta segunda edición del libro, en formato en rústica. La corrupción es una mala hierba que ha invadido la economía, la política y la sociedad, y que amenaza también a la Iglesia. El tema no es tratado desde el punto de vista económico o sociológico, sino yendo a la raíz: el corazón humano, que se llena de aquello que cree ser su tesoro. En él puede anidarse el cáncer de la corrupción, que es algo diferente del pecado. El autor invita al lector a una reflexión o desafío de fondo: “¡Pecador, sí. Corrupto, no!”. El pecado tiene solución. Siempre se puede perdonar. La corrupción no. Es necesario cuidarse de la corrupción. Es un camino difícil, donde la palabra profética del Evangelio tiene algo que decir.
Una meditación moral profunda, a la luz de la Palabra de Dios y de la espiritualidad ignaciana que sitúa al lector ante los aspectos de la corrupción sobre los que menos se suele reflexionar. Francisco lo hace magistralmente, mostrándonos la urgencia de una decisión: la de no ser cómplices de una cultura de la corrupción, dotada de su capacidad, lenguaje propio y modo de hacer peculiar.